|

04 septiembre 2006

Así, a veces...

Hay algunas cosas que nunca te dije, pero todavía no aprendo a arrepentirme; hay encuentros en los que no me encontraste, porque me olvidé el alma en el anterior; nunca fui demasiado dócil (lo sabes) en cuestiones del amor, y nunca me olvido de todo lo que prometimos y no hemos de cumplir.
Pero aún así, a veces me detengo a pensar que no hice las cosas por mí, sino para que aprendas, para que busques tu propio bien, o si no querías hacerte el bien llegues al extremo...Ese extremo que revisito cada vez que pienso en este sentimiento de soledad que me entrega la vida sin verte, sin tenerte a mi lado cada día, como antes...
Pero los buenos tiempos jamás duran la eternidad misma, porque somos adictos a los problemas, porque no sabemos ser felices con las cosas que nos hacen bien, porque necesitamos siempre el encuentro con lo incierto, y porque, como dice Joaquín: "las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina".
Aún así, seguís siendo lo mejor de esta condenada vida, seguís, a veces, siendo lo único que me da razones para llorar, para reír, para amar, odiar y destruirme...
...Y los extraño, a los dos...
"En nuestra vida real siempre fuimos decadentes, tuvimos la libertad apretada entre los dientes..." (A. C.)